Por fin el tiempo nos ha dejado disfrutar de uno de los clásicos del verano, música en el parque, aunque parece que se arrepintió pronto y el cielo gris nos hizo pensar que ya habrá mejor ocasión para un picnic y las primeras gotas de lluvia tras la última nota nos empujaron a refugiarnos entre las sombrillas, con los rascacielos vigilándonos. Ya a salvo, donde antes había una pista de hielo y un árbol de navidad, nos hemos acordado del vikingo, con quien también compartimos cerveza y charla en el mismo sitio. Como entonces, buena conversación y buena compañía, que igual ha encontrado un nuevo viaje por el que brindar.
Ahora nos queda un fin de semana por delante en el que tenemos que decidir si probamos alguna de las alternativas para recorrer la ciudad, entre otras cosas.
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