Cabalgamos río abajo, siguiendo la corriente, dejándonos llevar. Si se nos saltan las lágrimas será cosa del viento o la velocidad. Haz una parada en el camino, gasta tiempo en fotografiar. No es importante el destino, ni las ganas de llegar [...]
A Jennifer le toca disfrutar de su semana de vacaciones, merecidas, claro. Así las cosas, la nueva fellow -cada vez menos nueva- y yo nos hemos quedado solos con el jefe y seguimos practicando inglés, empeñados en llevar la contraria a la lógica.
Como es habitual en esta época, el número de exploraciones baja un poco, pero como también es habitual, el número de complicaciones y la complejidad, sube un poco.
Milena, la enfermera serbia, sigue empeñada en que le consiga una receta de sangría, no le vale cualquiera, quiere la original por mucho que intento explicarle que debe haber tantas como bares.
Me cuenta que es adicta a la que preparan en el Carnival, uno de esos restaurantes en los que no falta ni un solo país latinoamericano en la carta y que ella está convencida de que es el mejor embajador de la cocina española en la ciudad, no será muy difícil superar el listón. Tristemente eso es lo que nos representa, los toros y el vino con zumo de fruta.
Os dejo música por aquí y yo sigo a la búsqueda de la receta perfecta. Se aceptan ideas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario