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martes, 23 de febrero de 2010

FROZEN


Buscándole aplicaciones al frío. Otra de las cosas a las que he podido asistir estos días es a la ablación del esófago de Barrett con crioterapia. No lo usan a menudo, ni mucho menos, al parecer sólo en pacientes en los que los tratamientos convencionales, EMR y/o RFA, no han resultado eficaces y que no son candidatos a cirugía.
Salvo saber de su existencia, he de reconocer que no estaba yo muy al día de esto de congelar esófagos, así que he estado leyendo un poco sobre ello. Hay unos cuantos trabajos publicados con unos resultados similares a otras terapias ablativas y con menos efectos adversos, además explican que tiene cierto papel sobre el sistema inmune, de todas formas no están claramente establecidas las dosis ni los protocolos de tratamiento. Hay ensayos clínicos en marcha y parece que se están diseñando algunas mejoras en los instrumentos. Habrá que esperar y ver, pero no parece que haya soportado demasiado bien la exitosa irrupción de la radiofrecuencia.
Básicamente la cosa consiste en aplicar nitrógeno líquido a -196ºC por medio de una especie de catéter-spray que congela todo lo que toca, a la vez hay que tener colocado un catéter de aspiración de 20 Fr en el estómago, para que no reviente con tanto gas. Lo cierto es que es bastante espectacular ver como se va congelando la mucosa y como al paciente le sale humo helado por la boca, pero según he visto aquí, el sistema es bastante engorroso, demasiadas cosas en el campo de trabajo, demasiado de lo que estar pendiente y bastante complejo de aplicar el tratamiento en el lugar correcto y de conseguir tratar todo lo necesario. Os contaré el resultado.

Tema un tanto aburrido el de hoy, disculpas heladas y una alegre cancioncilla.

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