A estas horas tengo poca sangre en el cerebro, está casi toda en el estómago, y la historia de hoy será corta aunque el día se haya merecido muchas más letras.
Cena dificilmente mejorable, por la comida, por las vistas y por la compañía, hasta la luna se ha sumado a la fiesta, llena sobre el lago. Poco hay que añadir, sólo otro brindis más...¡mucha felicidad!.
Y hoy la canción no tiene dedicatoria porque hemos tenido la suerte de soplar velas y repartir besos, abrazos y deseos de felicidad en persona.
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