Chicago nos recibió con unos cuantos coches empotrados en los semáforos del puente de Michigan Avenue y otros volcados en la mediana, aceras levantadas, socavones en las calles y alguna columna de humo. Se veían policías y militares dando gritos, un helicóptero revoloteando entre los edificios, el tráfico cortado y el paso prohibido. Todo el lío nos obligó a dar una vuelta enorme cargando con las maletas, para poder llegar a casa...al final parece que todo se ha quedado en una película.
Por otros motivos, el día se merece esta música.
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