No resulta fácil ver la semifinal de un mundial mordiéndose la lengua y guardando la compostura delante de la pantalla del ordenador, pero yo lo tenía casi conseguido, salvo por el grito que se me escapó en el gol.
Y después de todo, mensajes yendo y viniendo. De los amigos alemanes dando la enhorabuena y reconociendo el baño, a los amigos holandeses avisándoles de lo que se les viene encima, de los amigos españoles preguntándose si me daban el pésame o me felicitaban...y así, recibiendo y contestando, se me ha ido la tarde.
Nos volvemos a ir con una sonrisa a la cama, y eso no pasa todos los días. Habrá que ir pensando en regalarle algo al pulpo.
Y más música.
Hoy parece que hay resaca; ni un comentario.
ResponderEliminarLa anécdota del día: España a la final y el pulpo que ha pedido asilo político.
El pulpo debe hacer una tournée por toda España, excepto Galicia (para qué correr riesgos innecesarios), que ya es más famoso que la Belén Esteban.
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