Hoy el jefe me animaba a cambiar de vida, se le ha ocurrido un nuevo trabajo para mí, brillante y lucrativo. Para abrir boca piensa que seria fácil conseguir una bonita estancia, todo pagado y todo incluido, en un resort de alguna isla paradisíaca, y todo sólo por exagerar un poco la realidad. Creo que voy a seguir su consejo, dejaré la fontanería, y me venderé a la industria, y así podré recorrer el mundo. Pero me temo que todo era una broma y que yo estaba empezando a ilusionarme.
Hemos empaquetado de regreso a nuestra penúltima visita. Y si no lo remedia ninguna sorpresa de última hora (algo siempre agradable), con ella jubilaremos al colchón hinchable que tanto hemos amortizado. Los que quedan por venir no lo van a necesitar. Más música.
No jubiles nada, que seguro que habrá alguien que necesite un colchón en el que echarse. Dentro de poco, o nada, tienes otros ocupas. Sois un destino y unos acogedores que resultan muy apetecibles. Perseverad en ello.
ResponderEliminarRecuerdos y besos.
La última "usuaria" de ese famoso colchón, ya está en casa. Agotada pero feliz y encantada de esta semana con vosotros.No para de contar todo lo que habéis hecho, comido o visto en estos días, a la vez que intenta buscar hueco donde colocar todas las cosas que se ha traido. El árbolito sobrevivió a las turbulencias aunque ha llegado algo deteriorado, pero nada que no haya podido arreglar un poco de cinta aislante (negra, por supuesto).
ResponderEliminarUn beso para los dos.