Archivo del blog

domingo, 31 de octubre de 2010

ALL HALLOWS' EVE


Cuentan que Jack era perezoso y egoísta, que se pasaba la vida engañando a los demás y que se gastaba en vino todo lo que ganaba con sus trampas. Un día como hoy, el diablo fue a buscar el alma de Jack, pero por dos veces éste le engañó y por dos veces se volvió de vacío al infierno, la segunda vez con la promesa de no volver a molestarle jamás.

A Jack le llegó la hora mucho antes de lo pactado con el diablo y se dirigió confiado a las puertas del cielo. Pero por la vida que había llevado, San Pedro le explicó que ese no era sitio para él y tuvo que irse a probar suerte en el infierno. Allí el diablo tampoco le aceptó, por las veces que Jack le había engañado y porque le había prometido no aceptar nunca su alma. Así se vio condenado a pasar la eternidad vagando sin rumbo fijo; ¿cómo me alumbraré en la oscuridad?, le preguntó Jack a Satán, como respuesta éste le lanzó una brasa ardiendo, sacada de las llamas eternas del infierno, que Jack colocó dentro de una calabaza hueca.

Desde entonces Jack O'Lantern se alumbra con su calabaza y camina sin encontrar un sitio donde poder descansar en paz; dicen que en noches como ésta hay veces que llama a la puerta de las casas para proponer algún truco, y así poder librarse de su condena. Salvo que hayáis colgado algo en la entrada para mantenerle lejos.

4 comentarios:

  1. Hoy, dia de Todos los Santos, oí en la radio a un hombre de, más o menos, mi edad contar que en su niñez y su pueblo esta pasada noche vaciaban una sandía, le hacían ojos, nariz y boca y le metían una vela cuya luz se veía a través de esos agujeros, y que a esa noche le llamaban "noche de ánimas". Me acordé de los juegos de mi niñez en la primera capital del Reyno, cuando hacíamos eso mismo pero con calabazas. Y también se recordaba a las ánimas, sobre todo en los cuentos que, al oscurecer, nos contaban las mujeres en la cocina, única habitación en la que no hacía frío.
    Recuerdos y besos

    ResponderEliminar
  2. Hola, lo mismo me contó mi padre empeñado en que me pusiera a buscar unas calabazas para hacerles ojos y boca. El único día que lo intenté no conseguí ninguna porque las calabazas son para dar de comer a los cerdos. Que cosas, ahora la cocina es la habitación donde hace más frío.
    Besos

    ResponderEliminar
  3. Hemos tardado en enterarnos de que no son los yankees los que nos quieren invadir con sus tradiciones, sino que fuimos nosotros los que se las trajimos hasta aquí...y luego las perdimos.

    ResponderEliminar