LIQUIDACIÓN POR CIERRE

Al pasar por delante del Border's de Michigan Avenue esta mañana, con sus enormes anuncios de rebajas que nos han hecho entrar a curiosear entre sus saldos, me he acordado de un artículo que leí hace pocos meses.

Explicaba como las grandes cadenas de librerías se llevaron por delante hace algunos años al pequeño comercio y desde entonces han copado el mercado en este país. Sus gigantescas tiendas de tres o cuatro pisos, llenas de best sellers y de los libros que ellos decidían que teníamos que leer, siempre estaban inmejorablemente situadas en las calles más comerciales de cualquier ciudad. El poder permitirse precios mucho mejores que las pequeñas tiendas les hizo zamparse casi todo el pastel, pero ahora ha llegado alguien con precios aún más bajos y se han quedado sin nada que ofrecer.

Han ido quebrando una tras otra sin haber podido soportar la competencia de las ventas por internet ni la llegada de e-books y e-readers, que aquí ya forman parte del paisaje diario. A falta de buenos precios, el abandono. Sus clientes lo único que van a echar de menos es poder tomarse un un café y leer libros a trozos en los ratos muertos, tirados por los pasillos entre las estanterías. Porque la verdad es que las usaban más como biblioteca sin derecho a préstamo que como tienda.

A cambio, las pequeñas librerías de barrio que aguantaron el tirón entonces están aumentando sus ventas y casi se abre una nueva cada semana. Es curioso que en este país, en el que cada uno va a lo suyo, se aprecia mucho el trato familiar y cercano.

En aquel artículo contaban también, que entre todas las que cierran, el mes que viene lo hará el B&N del Upper West Side, en el que se inspiró aquella película de Tom Hanks y Meg Ryan que contó el comienzo de una historia que ha tenido un final que nadie esperaba.

La música del día.

PD: Y hoy toca felicitar a la madrina, que cumple años, y la que yo siempre la eché treinta y pocos. Lo que alguna vez pareció una grosería se ha convertido en un piropo, y dentro de poco cumplirá menos que yo. Una de las ausencias más sentidas por aquí, otra vez será.