MAKE THEM CRY

Se está poco a poco abriendo una brecha entre compañías de seguros, o mejor dicho entre pacientes. Por un lado aquellos que únicamente disponen de Medicare, el seguro médico que el gobierno facilita y subvenciona para los jubilados, al otro lado el resto. Esta es una discusión muy de moda últimamente, favorecida por la famosa reforma sanitaria.

Aquí las compañías aseguradoras negocian directamente con los hospitales y son las que deciden los precios de lo que pagarán por cada uno de los tratamientos que reciben sus asegurados, Medicare es con mucha diferencia la más rácana.

Un ejemplo práctico de todo esto. Un paciente con un esófago de Barrett largo, supongamos doce centímetros, con diagnóstico de carcinoma intramucoso (es decir, cáncer) llega a nuestra consulta y decidimos optar por un tratamiento endoscópico. En pocos días se le realiza una erradicación completa de las lesiones visibles a través de mucosectomía endoscópica, pongamos catorce resecciones en total. Tras una endoscopia de casi dos horas, sin complicaciones si hay suerte, el paciente estará curado de su problema, se habrá librado de una intervención quirúrgica un tanto agresiva y el seguro pagará por todo ello alrededor de 800$. Eso significa que tras hacer cuentas y números, el hospital perderá más de 1000$ tratando a este enfermo.

Si a ese mismo paciente decidimos tratarle quirúrgicamente, es muy posible que también se cure si no surgen complicaciones tras la intervención y en ese caso el hospital se embolsará 18.000$ por el tratamiento.

¿Cual de las dos opciones promueven los hospitales?, ¿qué endoscopista dedicará su esfuerzo a una intervención tan compleja y con un riesgo nada despreciable de complicaciones, que además suelen venir acompañadas de alguna demanda, y todo para tener que poner dinero de su bolsillo?. Y la madre de todas las preguntas ¿se le ofrece al paciente la mejor opción terapeútica?.

Otro poco de música.