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jueves, 11 de febrero de 2010

DEUTSCH FREUNDE




No mencionaremos al frío ni a la nieve, siguen ahí pero ya no es noticia.

Últimamente la hora del lunch se está volviendo más interesante, no porque haya mejorado al calidad de la comida, que sigue en su línea, comida rápida para comer rápido, sino porque desde la llegada del Dr. Becker tengo un acompañante con quien charlar y la cosa se agradece. Al parecer, el comer solo incomoda a todos los europeos.
Hoy se ha sumado una radióloga también alemana (de Alemania) y también de Munich, aunque no se conocían antes, algo que parece extrañarles. Creo que olvidan el pequeño detalle de que Munich tiene casi millón y medio de habitantes y el hecho de coincidir aquí no les obliga a haber coincidido antes, raro hubiera sido. Lo cierto es que en apenas tres días parecen conocerse de toda la vida, lo que hace el encontrarse con alguien con quien tenemos cosas en común cuando se está tan lejos.
Es curioso, que con lo poco que creemos compartir, hoy hablando parecíamos los tres del mismo pueblo y nos chocaban las mismas extrañas costumbres americanas, como esa alergia a no dar los buenos días al llegar por las mañanas ó a no despedirse al irse a casa ó la titánica tarea de encontrar un pan decente (he sabido hoy que Alemania es el país con más tipos de pan diferentes) ó los disparatados precios de la verdura ó el aún más disparatado número de trámites que superar, formularios que rellenar, cursos que completar y papeles que firmar ó el modo de organizarse en el trabajo...incluso hasta el frío nos parecía excesivo, y el suyo no es un país que destaque por el calor y las horas de sol. Muy posiblemente, si nos hubiéramos encontrado en otra parte, más cerca de casa, nos parecería venir de mundos distintos y sólo nos fijaríamos en lo que nos diferencia y en cambio, estando aquí sólo nos hemos fijado en lo que nos une y en lo que nos separa de este curioso país y de sus costumbres.

3 comentarios:

  1. ¡¡Estoy hasta los pelos del fríooooo!!.
    Ya no puedo más; voy a buscar un país igual de bananero que el mío pero a pleno sol.(A mi me gustan nuestras "peculiaridades" y que me den los buenos días!)
    Me temo que no pisaré ni Chicago ni Stavanger próximamente.
    Bueno..., tal vez en Julio, en plena ola de calor, metida en un atasco en el centro de Madrid en un coche sin aire acondicionado y con los asientos de plástico,me lo replantee.
    De momento voy a ver si consigo convencer a mis hijas para que se disfracen de esquimales en vez de princesas o hadas con vestiditos de tul y tirantes.
    Y a preparar un caldo.

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  2. Bueno, lo de que les extrañe no conocerse siendo los dos de Munich no es tan raro; cuando conoces a alguien de fuera y le dices "Soy de Madrid" lo primero que te dice es "Anda, no conocerás a fulanito?"... pues mira, es que en Madrid hay mucha gente y no les voy a conocer a todos... en fin.
    Buen fin de semana!!! Besos.
    Por cierto, la "o" en la conjunción disyuntiva sólo se acentúa cuando va entre números, para no confundirla con un cero; ya sabes, para no intentar comerse 203 galletas. Más besos

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  3. Yo es que a veces soy de ciencias y a veces de letras, de todas formas acentuar y puntuar nunca ha sido lo mio (ahora no hay tildes que estoy en el hospital y a estos yankees no les molan).

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