Por los amigos ausentes, los amores perdidos, los viejos dioses y la estación de las nieblas; y que cada uno dé al diablo su merecido.
Leyendo que la Gran Via cumplió cien años hace unos días, no sabia yo que las calles cumplieran años ni que alguien llevara la cuenta, me vino a la cabeza esa cita y las primeras excursiones por sus alrededores.
Recuerdo coger el tren los sábados por la mañana hasta la estación del Norte, a cinco duros ida y vuelta, y luego el camino hasta San Bernardo para ir paseando por la calle de la Luna, la calle de la Estrella o la calle Silva. Allí estaban, y creo que resisten, Elektra, Crisis y Madrid Cómics, una casi junto a otra, y en una tras otra íbamos entrando para rebuscar entre estanterías y cajones. Recuerdo perfectamente el olor de los tebeos; recuerdo los cómics escrupulosamente ordenados y guardados en sus bolsas de plástico, que luego abriríamos, ya en el tren de vuelta, como si fueran un auténtico tesoro; recuerdo la preferencia de J. por DC y su incomprensible manía hacia Marvel, lo que me hizo ignorar por completo a Spiderman o al Capitán América, eso creo que ya se le ha curado. Y recuerdo como me consiguió contagiar aquella extraña afición y lo poco que nos duraba la paga, apenas una mañana.
Él mantiene la afición, yo, con mi impaciencia habitual, la abandoné pronto. Lo que me gustaba eran la compañía y los paseos.
Me ha tocado intercambio de ideas con el jefe, no ha ido mal del todo, podía haber ido mejor pero también peor. Como resumen, tengo dos trabajos que empezar cuanto antes y otros dos que se me echarán encima en un par de semanas, podré con ello, o eso espero.
De vuelta a casa 64ºF y sol, todo un lujo, llega el buen tiempo y habrá que desempolvar la ropa de primavera-verano, adiós al plumas, a los guantes y a los gorros. Espero ver las terrazas cuanto antes, y sentarnos en ellas, mientras tanto os dejo una canción.
Habrá otras mañanas. Otros paseos. Otras aficiones. Quizás compartamos de nuevo ciudad. Nunca se sabe.
ResponderEliminarSe os quiere y añora ( a los dos, que luego siempre hay alguna "persona" celosilla que dice eso de "claro, como yo solo soy la mujer de tu amigo".
Sin ponerme metafísico ni sentimental, habéis sido una constante en mi vida durante veinte años. Y eso, en momentos de mas proximidad o lejanía, ha sido una realidad que ninguno olvida.
Por supuesto, tenemos poco que ver con los niños que fuimos. Lo que nadie te dice cuando creces es que el corazón se pone más duro. Pierde elasticidad. Se agarrota. Y de la misma manera que a los nuevos afectos les cuesta entrar, a los viejos les encapsula, les aprisiona, los cristaliza, privándoles de aire. Asco de órgano, dirán los cardiólogos amigos de Bea ( la mia)
Tu tienes poco que ver con la persona que yo conocí. Y créeme, quien yo soy ahora es la antitesis de ese chaval con el que te recuerdas subiendo por la cuesta de San Vicente.
Pero la persona en la que he crecido tiene también cosas buenas. Es menos impaciente, menos exigente, menos pretencioso. Estoy descubriendo que soy más yo cuanto mis dos pequeños príncipes están a mi lado.
Y estoy seguro que a vosotros, JyB, os ocurre lo mismo.
Por eso, una petición, casi un ruego ahora que la amistad es un bien escaso. Volvamos a pasear, metafóricamente hablando, mientras vamos a comprar tebeos. No tiene porque ser un paseo, ni desde luego tiene que ser tebeos. El hecho es buscar la ocasión de estar juntos, de insuflar aire y vida a esos recuerdos. Esta vez, B, puedes unirte; de hecho, debes unirte. Sin ti, no habrá paseo.
Supongo que este medio no es el más adecuado para estas letras. He aquí otra característica de mi yo adulto. Soy terriblemente inoportuno....
Beso.
J.
Ps. Te confirmo que sigo sin comprar Marvel. Tuve una epoca Mutante, pero gracias a Rao, dios de Kripton, volví al redil dcero.
A mi me gusta pensar que nos seguimos pareciendo a aquellos dos tipos, a mí me caían bien. Y sí, cuesta trabajo encontrar nuevos afectos, y sí, habrá muchas más cosas que seguir compartiendo y sí, nunca se sabe.
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