Domingo típico, atípico hasta ahora, no hemos salido de casa. Esta vez el tiempo no puede servir de excusa, desde la ventana hemos visto como el sol ha acabado con la nieve de ayer, debe ser que nos estamos acostumbrando a estar por aquí o que estamos esperando las primeras visitas para continuar descubriendo la ciudad.
La International House de la UofC, de la que es partner, tiene puntualmente informada a P. de las actividades y fiestas de cada semana, hoy se celebraba el año nuevo persa. En un alarde de originalidad había un desfile para conmemorarlo y después comida y bebida para todos, pero no nos ha seducido la idea.
El origen de todo esto fue hace ya más de 3.000 años, en la época de Zaratustra, y parece curioso que siga celebrándose hoy en día, convertidos al islamismo la mayor parte desde hace unos cuantos años. La celebración empezó hace ya diez días, durante los que han estado recibiendo la visita de los farvahars, ángeles de la guarda, y de los espíritus de los muertos que bajan a la tierra para conocer a los nuevos miembros de la familia, se encienden hogueras en las calles y las casas para indicarles el camino.
Hoy los persas saltarán sobre el fuego para purificarse, estrenarán ropa y se intercambiarán caramelos para endulzar sus vidas en el año que empieza. Os deseamos, por tercera vez desde que estamos aquí, Ayd-e norouz mobārak a todos.
Si nos fiamos del calendario, además de estrenar año los persas, la primavera ya ha llegado, esperemos que sea cierto y por ello, esta canción en su honor.
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