Sábado atípico, nos hemos pasado la mañana casi sin pisar la calle, no sé muy bien si porque no paraba de llover o porque teníamos plan para la noche.
A la que hasta hace unos meses era la hora de merendar, estábamos invitados a cenar en casa de los mexicanos, allá abajo en Hyde Park, acompañados esta vez por una pareja de taiwaneses. A ella también la conoció B. en una de sus clases de inglés, además de coleccionar clases está empezando a coleccionar amigos.
Nio nos ha instruido en como distinguir, por la forma de sus ojos, a un chino de un coreano ó a un japonés de un taiwanés, por raro que parezca a ellos no les resultan todos iguales. Hemos aprendido otras muchas cosas, hemos disfrutado de la comida, de la bebida y nos hemos reído, y mucho. Posiblemente haya sido la mejor noche desde que estamos por aquí.
Nos volvemos a casa con nuestros nombres escritos en chino y la agradable sensación de que cada persona que conocemos mejora a la anterior. Y también con una canción en la cabeza.
No se por qué, pero mi comentario en la entrada de hoy aparece en la de ayer!!!
ResponderEliminarEn relación a los nuevos "amigos ó conocidos" por esas tierras, no será que ya os estais olvidando de los de estas tierras.......Ó que no conoceis suficientemente a los nuevos y no les veis defectos todavía.......¡qué nos ponemos celosos por aquíiiiiii!
ResponderEliminarBesos
No hay motivo para los celos, ya sabes que los chinos suelen hacer malas imitaciones de los originales.
ResponderEliminar