THE GODFATHER

Me duele la chepa y me brillan los ojos como si tuviera fiebre, por la cantidad de horas que he echado hoy delante del ordenador tratando de enmendar todos los fallos y completar todos los comentarios, que la Dra. Konda hizo al artículo en el que andamos trabajando. Tengo que tenerlo listo en no demasiados días porque luego tocará pelearse con la base de datos y rebuscar entre las historias clínicas. Después de eso, revisión del jefe y mucho me temo que más correcciones y más tiempo mirando la pantalla. Merecerá la pena.

La operación fiambrera, también llamada regreso a la escuela, sigue adelante, aunque he decidido comprar cada día una soda en el food court, para no echar de menos a los cajeros y a las cuatro frases que intercambiamos cada mediodía, a uno estaba consiguiendo enseñarle a pronunciar la J.

A la hora de la comida se amontonan las novedades estos días, ahora leo la prensa en el iPod en lugar de disfrutar de la compañía del Dr. Becker, es bastante más impersonal pero hay que adaptarse al medio.

Desde hoy, el mayor de los ahijados ya puede irse de copas, por el tamaño que gasta, sin tener que llevar el carnet entre los dientes como me pasó a mí...y aún me pasa, sobre todo aquí, antigua cuna de la ley seca.

El año que viene lo celebraremos en el campo viendo como el Oviedo vuelve a primera, de momento esta canción de regalo. ¡Felicidades!.