All difficult things have their origin in that which is easy, and great things in that which is small.
Lao-Tse
Las caras B no son necesariamente peores, sino simplemente distintas. Y lo que hemos podido ver estas dos últimos fines de semana en los que nos hemos alejado de la metropoli no se parece en nada a lo que la tele y el cine nos quieren enseñar de este país, sin que eso quiera decir que es peor, sino seguramente todo lo contrario. Hemos visto sitios donde se despertaron de golpe del sueño americano, precisamente por eso ha merecido mucho la pena.
Hoy el recorrido ha empezado en Cedarburg, a donde huyen los artistas y demás bohemios del estado en busca de paz e inspiración. Casas de madera, tiendas de anticuario, galerías de arte y pequeños cafés y pastelerías es lo que nos hemos encontrado, además de un agradable paseo junto al río hasta el viejo molino reconvertido en bodega.
Washington Port, nuestra siguiente parada, nos ha recibido con el festival pirata, que le ha cambiado totalmente la cara a lo que parece un pequeño pueblo de pescadores asomado a su faro y al lago. Curiosa experiencia.
Y para el final el plato fuerte del día, visita a Milwaukee. Hemos empezado por la fábrica de Miller, con degustación de cerveza incluida, y luego nos hemos acercado hasta el mercado donde, para sorpresa general, nos hemos comido unos estupendos mejillones por unos pocos dólares, y acompañados de más cerveza.
La ciudad esconde alguna sorpresa, junto al agua el museo de arte, famoso por la ampliación que diseño Calatrava, el arquitecto menos original del mundo, y que amenaza con salir volando hacia el lago. Junto al río, The Third Ward, el barrio de los jóvenes modernos, con almacenes reconvertidos en restaurantes de moda, galerías de arte y tiendas de diseño y con lofts de enormes ventanales, lo hemos recorrido bajo un cielo cada vez más gris y amenazante. Antes de volver, una vuelta rápida por el downtown, un tanto desangelado pese a lo impresionante del ayuntamiento y de unos pocos edificios. La lluvia ha hecho que acabáramos el paseo antes de tiempo.
Y como no podía ser de otra forma, algo de música, esta suena mucho por aquí...milagros de la publicidad.
Lao-Tse
Las caras B no son necesariamente peores, sino simplemente distintas. Y lo que hemos podido ver estas dos últimos fines de semana en los que nos hemos alejado de la metropoli no se parece en nada a lo que la tele y el cine nos quieren enseñar de este país, sin que eso quiera decir que es peor, sino seguramente todo lo contrario. Hemos visto sitios donde se despertaron de golpe del sueño americano, precisamente por eso ha merecido mucho la pena.
Hoy el recorrido ha empezado en Cedarburg, a donde huyen los artistas y demás bohemios del estado en busca de paz e inspiración. Casas de madera, tiendas de anticuario, galerías de arte y pequeños cafés y pastelerías es lo que nos hemos encontrado, además de un agradable paseo junto al río hasta el viejo molino reconvertido en bodega.
Washington Port, nuestra siguiente parada, nos ha recibido con el festival pirata, que le ha cambiado totalmente la cara a lo que parece un pequeño pueblo de pescadores asomado a su faro y al lago. Curiosa experiencia.
Y para el final el plato fuerte del día, visita a Milwaukee. Hemos empezado por la fábrica de Miller, con degustación de cerveza incluida, y luego nos hemos acercado hasta el mercado donde, para sorpresa general, nos hemos comido unos estupendos mejillones por unos pocos dólares, y acompañados de más cerveza.
La ciudad esconde alguna sorpresa, junto al agua el museo de arte, famoso por la ampliación que diseño Calatrava, el arquitecto menos original del mundo, y que amenaza con salir volando hacia el lago. Junto al río, The Third Ward, el barrio de los jóvenes modernos, con almacenes reconvertidos en restaurantes de moda, galerías de arte y tiendas de diseño y con lofts de enormes ventanales, lo hemos recorrido bajo un cielo cada vez más gris y amenazante. Antes de volver, una vuelta rápida por el downtown, un tanto desangelado pese a lo impresionante del ayuntamiento y de unos pocos edificios. La lluvia ha hecho que acabáramos el paseo antes de tiempo.
Y como no podía ser de otra forma, algo de música, esta suena mucho por aquí...milagros de la publicidad.
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