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jueves, 19 de agosto de 2010

401 NORTH WABASH



La Trump Tower habría dejado de ser el edificio más nuevo de la ciudad y el segundo más alto del país, si la gran depresion del nuevo milenio no se hubiera llevado por delante al Spire, el megaproyecto de Calatrava, cuyo solar junto al lago se ha convertido en la mayor piscina de Chicago.

Pero mantiene el puesto y ahí está, brillante y azul, con su hotel de lujo, su spa de lujo, su restaurante de lujo, sus apartamentos de lujo y sus más de 6.000 metros cuadrados de cagódromo para el perro, exclusivo para propietarios. Por poco más de diez millones de dólares, un precio asequible, te puedes hacer con un sencillo ático desde el que disfrutar de vistas envidiables, dominando cuatro estados en los mejores días, según cuentan.

Lo más asequible es pasar el rato en la terraza de la planta dieciseis, sobre el río e intuyendo el lago al fondo, desde la que parece que puedes tocar el Wrigley Building o Tribune Tower alargando un poco la mano. No es mal sitio para ver los fuegos artificiales, rodeado de sofás de diseño, mojitos y de gente guapa, bien pensado casi es el mejor que conozco.

Y más música.

2 comentarios:

  1. Aquí desde Posada y con una conexión que sí, que no, mantenemos la lectura cuando se puede.
    Desde luego, esa fue otra de las cosas pendientes que tengo que dejar que me cuenten los visitantes de noviembre (que vamos a enpezar a conocer como los abominables hombres de las nieves), por culpa de esa manía anglosajona de que las 11pm ya es mucho trasnochar. Pero, vamos, que no hay problema; porque si estamos pensando en la misma, yo creo que bien pensado es "casi" el mejor posible en The Windy City...

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  2. Yo,aprovechándome del pincho de la señora, tengo mediana conexión, aunque por no abusar solo lo hago de vez en cuando. Me suena que os rinde el calor, que los días de invierno son más manejables. Y ahora que vais a tener visita multitudinaria casi deberíais cambiar un poco los hábitos y ver qué pasa si usais la piscina, el jimnasio, la pista de tennis y la bicicleta. Ahora, con el calor. Porque me gusta ver cómo los demás se adaptan a su entorno, como yo hago aquí, en este paraiso. A ver cuando volveis, que ya está estando bien.
    Recuerdos y besos

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