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sábado, 16 de octubre de 2010

CAPE COD OF THE MIDWEST






El condado de Door ocupa la mayor parte de una lengua de tierra, estrecha y alargada, que se mete en el lago. La mayoría de sus habitantes se reparten por los pequeños pueblos de la orilla occidental, resguardados de la niebla, los vientos y las tormentas que amenazan desde el lago y azotan la costa contraria. Está rodeada de faros y salpicada de granjas y plantaciones de cerezos, principal industria de la zona junto con el turismo, en los meses de verano la población se multiplica por diez, ya que mucha gente de Chicago, Milwaukee o Minneapolis tiene aquí su segunda residencia.

Aunque los franceses fueron los que dieron nombre a casi todo por aquí, los primeros en llegar, hace algo menos de doscientos años, fueron los suecos y los noruegos, quién sabe si descendientes de los vikingos que le discuten a Colón ser el primer europeo en poner el pié en este continente. Fundaron pueblos y se emplearon como granjeros, pescadores y armadores, su huella se sigue notando en el nombre de muchos restaurantes y comercios y con algo de imaginación hasta en las caras de los habitantes, más coloradas de lo habitual.

Hoy hemos dedicado el día a recorrer esos pueblos, de casas blancas de madera y pequeños puertos, a comer bratwurst y más tarta en Sister Bay, que celebraba su festival de otoño, y a visitar alguna de las granjas en las que en temporada se cogen las famosas cerezas directamente del árbol y donde ahora se pueden comprar casi en cualquier formato, y también mermeladas, calabazas, maíz, manzanas, patatas...y hasta sidra del duernu.
Hemos paseado por alguno de sus parques naturales, aprovechando que por aquí hay más que en cualquier otra parte del estado, hemos visto faros, hemos oído a las olas romper contra las rocas en Cave Point y hemos conducido por carreteras solitarias entre árboles amarillos.

2 comentarios:

  1. Apetecible lo pintas hoy y mira por donde los dos blogeros y yo nos escontramos con algo en común "la sidra" ¿quien lo diría? pruebala y que el medievalista se tome "un culin" para brindar con vosotros a unos pocos kilometros de distancia.Recuerdo especialmente a B que estárá disfrutando del coche como nunca.El beso del día

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  2. Aunque no sea lo mismo, hay que ver qué recuerdos de las Dunas y sus casitas al borde del lago...
    Un beso

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