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viernes, 15 de octubre de 2010

CHERRY PIE





Dicen que si colocas la mano izquierda con la palma hacía abajo y el pulgar un poco separado, y te imaginas que representa el mapa de Wisconsin, ese pulgar se convierte en la península de Door County. Más arriba, donde acaban las uñas está un pedazo de Michigan y un poco más al norte Canadá.
Si así son las cosas, hoy estamos en la mitad del pulgar, en un motel que tiene todo lo que los americanos pueden necesitar en un sitio como este, máquina de hielo, un registro rápido y agua con suficiente presión en la ducha. Lo demás les suele traer sin cuidado.

Y hasta aquí nos hemos venido porque es uno de los sitios favoritos de los chicagoans para escaparse cuando juntan un par de días libres, sobre todo ahora que ha llegado el otoño y les gusta pasar el rato viendo caer las hojas.
Es famoso por las cerezas, las manzanas, los faros y el fish boil, que no es más que pescado con patatas y cebollas, puesto todo junto a cocer en un gran caldero sobre el fuego en mitad del jardín, y servido luego con pan de calabaza, mantequilla fundida y ensalada de col. No pasará a la historia de la gastronomía pero es uno de los pocos platos típicos con el que nos hemos encontrado en todos estos meses.

Para que la receta tenga éxito, aquí siempre hay que intentar que el espectáculo sea mucho más importante que todo lo demás, y esta vez la atracción era reunirse todos alrededor de la hoguera, viendo como un tipo clavado al Capitán Iglo se encargaba del puchero.
Y esta vez, también para nosotros la comida se ha convertido en una excusa, mientras asistíamos fascinados a otro show. Nada más recoger tu ración y sentarte a la mesa, acudía raudo un camarero que se ofrecía amablemente a limpiar tu ración de pieles y espinas. Puede no ser extraño conociendo la escasa maña que tienen por aquí con los cubiertos y su nula afición al pescado, pero sólo ha faltado ver al pobre camarero haciendo el avión y diciendo...¡esta por papá!.

Más música.

1 comentario:

  1. La verdad es que ese atardecer otoñal al norte del lago es por lo menos tan bonito como fue el veraniego al sur, que nuca olvidaré, como todos los días allí y lo que me prestaron con vosotros. Y de todos modos, eso del fish boil no suena tan mal, y para un plato típico que tienen y encima de pescado... aprovechad. Un beso muy grande para los dos.

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