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martes, 5 de octubre de 2010

MOBILIARIO URBANO


Al llegar aquí, todos los alcorques estaban adornados con abetos enanos y ramas de pino, cuando la nieve nos dejaba verlos nos preguntábamos si estarían allí todo el año o si sólo serían un adorno navideño. Al poco tiempo desaparecieron, como la nieve, y una multitud de tulipanes ocupó su lugar, invadiendo jardineras y jardines y recordándome mis días en A'dam, aunque allí el tiempo (el mal tiempo), solo me dejó verlos en los puestos de Bloemenmarkt.

Pasó la primavera y enseguida llegó el verano y los tulipanes dejaron paso a palmeras diminutas, fuentes estilo Zen y troncos del Brasil, que soportaron estoicamente la humedad y el bochorno. Atrás han quedado los días de calor y estas semanas los jardineros han tomado de nuevo las calles y se afanan en sustituirlos por margaritas moradas y amarillas y unos repollos con un aspecto bastante apetecible, que es posible que hayan acabado en la cazuela de algún homeless. Dentro de poco volverá la nieve y volverán los abetos.

Como era de esperar, tiempo de ajetreo en el hospital, hoy ha tocado la penúltima reunión antes de que empiece el curso este fin de semana, ha habido reparto de camisetas, la mía demasiado grande, y de responsabilidades, la mía de las menos importantes. Cosa que agradezco, para que no se note mucho si la cago.

La canción del día.

1 comentario:

  1. Reconozco que a mí lo de los jardines públicos me encanta, supongo que como yo no tengo jardinero y no puedo cambiar las flores cada estación, me gusta ver que lo hacen los "alcaldes" para disfrute de todos.
    Suerte en el hospital, no creo yo que la cagues, por lo menos no mucho.

    Besos

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