Hoy hemos padecido la primera gran nevada desde que estamos por estas tierras. Esta mañana las calles estaban tomadas por un ejercito de máquinas quitanieve, las había grandes, más pequeñas para las aceras, y aún más pequeñas y manejadas como un carrito para los rincones más escondidos; también una tropa de limpiadores con palas gigantes y carretillas de sal se afanaban en apartar cada copo y para no ser menos, la gente limpiaba en sus casas entradas y escaleras. El río, que ya estaba congelado, parece una pista de esquí. Lo que en otra parte hubiera sido el caos más absoluto aquí apenas se ha notado y la vida sigue su curso.
En el trabajo más exploraciones, más revisiones y más artículos, me han dado un teléfono para mí cubículo, espero que no suene nunca, y la gran aventura del día...ya tengo acceso a los pijamas...y no es ninguna tontería. Para llegar hasta ellos hay que superar numerosas trampas; primero una puerta que se abre con la tarjeta de identidad, de la que no me puedo separar porque cada día le descubro más utilidades, luego meter en una maquina el nombre (esta vez se han comido la primera mitad del segundo apellido...soy tres personas distintas!!!) y por último colocar el dedo sobre un lector para comprobar la huella dactilar. Tras los exhaustivos controles de seguridad eliges talla (aquí nunca paso de una talla S) y una maquina como la de las chocolatinas te coloca el pijama delante de los morros, abres una puertecilla y conseguido, ropa limpia para el duro día de trabajo. Al lado hay otra máquina idéntica, que tras idéntico proceso, te permite devolver el sucio...maravillas de la técnica.
observo que rápidamente vais formando parte de la ciudad y de los avances tecnico-americanos:nieve y bajas temperaturas, "pijamas" por maquina expendedora,tarjetas identificativas y útiles para varias cosas,fastfood...y pronto en casa alquilada pero propia.por cierto con tanto cambio de nombres ten cuidado no vayas a tener que triplicar el pasaporte,las fotocopias,la carta de trabajo....Besos desde el frio de aqui que es mucho pero ni lo menciono para que no os riais.Ma
ResponderEliminarAqui también tenemos expendedoras, pero en lugar de pijamas - útiles para dormir - nos dan sandwiches de plástico útiles para que luego personas como tu se entretengan mirando sus efectos en el cuerppo del "expendido", tal como describes (ya se sabe, unos días sale ... y otros no)
ResponderEliminarAcabo de averiguar por qué los de por allí tienen un sólo apellido. ¡Nunca te acostarás ...!
Por cierto, si Concha no menciona el frío, nosotros tampoco. Por lo mismo. Muchos abrazos a los dos.
JM
Nos tendrás que contar lo del apellido, así sabré por qué se empeñan en amputarme los míos.
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