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lunes, 15 de febrero de 2010

DÍAS DE BATALLA



Mañana en la batalla piensa en mí, y caiga tu espalda sin filo. Mañana en la batalla piensa en mí, cuando fui mortal, y caiga herrumbrosa tu lanza. Pese yo mañana sobre tu alma, sea yo plomo en el interior de tu pecho y acaben tus días en sangrienta batalla. Mañana en la batalla piensa en mí, desespera y muere.
J. Marías

A estas alturas, de todos es sabido que por aquí me tratan muy bien y me dan todo lo necesario para trabajar cómodamente. Un pequeño cubículo a modo de despacho, más de lo que merezco, mi ordenador con acceso a internet, intranet y a través de él a todas las revistas imaginables, impresora, un par de cuentas de correo electrónico, el carnet de la UofC con el que puedo acceder a todos los edificios y coger libros en la biblioteca, pijamas limpios a diario, las dos secretarias del jefe que me echan una mano en todo lo que necesito, mismamente como si tuviera secretaria. Por todo ello, me extraña no tener bata propia y llevar puesta a diario la de un tal Andrew Ross, ese nombre tiene bordado, que seguro será alguien que estuvo aquí antes.
Me pregunto si andará rondando algún imitador de Will, el portero de la Tayloriana oxoniense e incansable viajero temporal de esa otra novela, y si se estará dirigiendo a mí cada día como Dr. Ross, prestaré atención estos días. Me pregunto también, si ese mismo personaje, viajará en el tiempo para llamar por mi nombre a otro que venga detrás de mí, cuando yo ya no esté aquí, y si ese otro llevará mi bata.

Hoy Presidents' Day, veo pasar las fiestas sin disfrutar ninguna. Esta vez en honor de George Washington, primero de los cuarenta y tres presidentes que se saben de carrerilla los niños de por aquí, a modo de lista de los reyes godos. Originariamente se celebraba el día del cumpleaños del viejo George, 22 de Febrero, pero con la buena costumbre que tienen de hacer coincidir todas las fiestas con un viernes o con un lunes, ha pasado a celebrarse el tercer lunes de Febrero, le podían haber puesto un poco más de interés, porque así es imposible que caiga en el día real. Lo característico de la celebración son las grandes rebajas en tiendas y grandes almacenes, consumismo institucionalizado.

3 comentarios:

  1. Tocas un tema que me interesa muchisimo ( y un autor que no me interesa nada).
    Una vez, esperando un avión en Orly, se me acerco una señora, amiga lejana - conocida de mi madre; la recordaba porque es una de esa personas que se ven cada cinco o seis años por casualidad y con las que se tiene la misma conversación cada lustro ( qué tal? como esta tu madre? hace años que no la veo¡Todos tan mayores¡).
    La mujer me saludó y mantuvimos las tres frases de rigor, entre sonrisas de cartón. Llamaron al vuelo y nos separamos.
    A la llegada a Madrid, esperando las maletas, ocurrio lo increible; la señora me reconoció de nuevas y se acerco a mi, manteniendo la misma conversación que tres horas antes habiamos tenido en Paris. Esta vez, su camisa era azul, cuando en Paris ( lo recuerdo claramente) era rosa.
    Tras las tres frases protocolarias, las maletas salieron disparadas como bolas de cañón del agujero y nos separamos sin decir adios.
    Ya en el taxi, me di cuenta que las opciones era dos:
    1/Las dos mujeres eran versiones distintas de una misma persona y dos universos paralelos se habían frotado un poquito, convegiendo.
    2/La mujer, despistada o enferma, simplemente habia olvidado mi yo de Paris. La camisa distinta respondía a un tonto accidente con un vaso de zumo.
    Imagino que la respuesta buena es la dos( buena en el sentido de real, plausible, practica).
    La que mas me interesa es la uno. Si habia conocido a dos versiones de esa mujer, donde estaba el uno de mis yoes que tambien habia volado a Madrid?.
    Lo mejor de todo fue cuando le comenté el encuentro a mi madre.
    No sabía de quién estaba hablando y negaba conocer a nadie semejante.
    Buen martes.
    J.

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  2. Lo del nombre en la bata tiene facil solución. Ayer estuve en La Paz para empezar mis revisiones y ví muchos casos como el tuyo, solucionados con un esparadrapo con el nombre escrito a rotulador.

    Por cierto Mabel en Madrid tambien echamos de menos la fabada y muchas cosas más de Asturias.

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  3. Si me avisais con dos días, fabada para todos.

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