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lunes, 22 de febrero de 2010

TIME OUT




Valentin y Christine, los amigos alemanes, han tenido suerte de encontrarse aquí. Llegaron por separado desde el mismo sitio, sin saber que venían ni haber oído antes el uno del otro. Aquí se acompañan mutuamente durante el tiempo libre, lo que lo hace más llevadero. Estos días está de visita la novia de él así que ella se ha quedado algo desamparada, y sobre todo esto hoy nos ha contado, en el lunch time, un curioso sucedido.
El viernes pasado ella se acercó a uno de los residentes de su servicio, es radióloga, creo haberlo dicho antes, y le preguntó a qué cosas podía dedicar el fin de semana. Era una pregunta retórica, ella la hacía con la intención de ser invitada a algún plan divertido y emocionante, y así no encontrarse tan sola. El radiólogo-residente le pidió un papel en blanco como respuesta, en el que escribió con esmero una completa lista de atracciones, restaurantes, museos, tiendas, discotecas...y se la entregó de vuelta insistiéndole en la visita casi obligada a no sé que bar donde parecen preparar los mejores cocktails de la ciudad.
Sorprendentemente Valentin vivió una situación similar, recién llegado le hizo la misma pregunta con idéntica intención a una residente del servicio, ella le contestó que al día siguiente le prestaría una guía de la ciudad...muy completa.
Todo esto lo dicen poniendo su mejor sonrisa y con las palabras más amables y seguro que pensando que es son todo un ejemplo de hospitalidad. Nosotros pensamos que nos están vacilando.
No creo que le pregunte a nadie nada parecido, ya estoy suscrito a Time Out.

Hoy ha habido un curioso cruce de e-mails, grata sorpresa. Para terminar, música en vuestro honor.

2 comentarios:

  1. Yo hice una vez un curso de diferencias culturales.
    Nos ponían un caso practico; una europea viaja en un avion sentado al lado de una americana. Charlan un poco y la conversación gira, llevada por la americana, a temas muy personales ( enfermedades de familiaraes, estados de animo, cosas asi). La europea se suelta y oh, sorpresa, cree haber encontrado un alma gemela. Durante todo el vuelo charlan de cosas super intimas, de su infancia, de sus relaciones... Al llegar a destino, la europea le pide el telefono a la americana para continuar la naciente amistad. La americana la mira extrañada y le dice que no le da su telefono. Recoge sus cosas y se marcha, un poco asustada de esa loca europea qwue quiere su telefono para no se que..
    Explicación: La esfera de intimidad de los americanos es mas amplia que la de los europeos, pero su proximidad social es mucho mas estrecha.

    Moraleja: Mejor llevar los cascos puestos; asi nadie te habla.

    Abrazos para los dos.
    Bea, en la pagina de wallmart dice que si hay en chicago.Estoy confuso.:-)

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  2. Me cuenta B que la misma que le contó que no había ninguno hoy le dice que hay uno...sólo queda encontrarlo.

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