Los viernes se viven con excitación desde que Deanna nos saluda con su sonoro happy friday! y yo respondo al how are you? de cada mañana con un good, it's friday, como si todo lo demás diera igual.
Y la excitación es todavía mayor si al jefe sus obligaciones le han llevado a tener que pasar el día en Philadelphia, a pesar de que el correo electrónico nos recuerde de vez en cuando que eso no está tan lejos como parece.
Por lo demás todo sigue su curso, con el tiempo corriendo en contra, como casi siempre, y con sólo una semana por delante para terminar todo lo que tenemos entre manos. Y para escuchar el veredicto sobre el trabajo realizado, porque no se cual de las dos cosas asusta más.
Esas deben ser las razones por las que a mí me ha entusiasmado hoy menos la llegada del fin de semana. O no, nunca se sabe.
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